Somos responsables, y como nos reconocemos débiles ante los atractivos de ciertos productos de la uva, de la manzana y de algún que otro licor, sucumbimos, pero somos respetuosos con las normas de conducción.
Los once asistentes, por unanimidad, y a sugerencia de Pedro Mónico, acordamos hacer una parada en Nava para ir entonando. Elegimos la sidrería La Barraca. Lugar conocido por tener buen género y también buenos echadores. Trascurridos unos cuarenta minutos muy placenteros, reanudamos la marcha.
Al llegar a Ceceda hubo un momento de duda acerca de si comeriamos en un entoldado exterior - para poder escanciar sidra - o lo hariamos en la hermosa terraza que domina el valle.
El asunto quedó resuelto por una providencial tronada que nos ayudó a tomar la decisión. Sabía, porque hubo mas truenos y el agua no se hizo esperar.
Pero dejemos el clima un lado y entremos en materia.
Croquetas, Chosco de Tineo, Repollo relleno y Setas rellenas fueron los entrantes que nos prepararon para el Escalope al Queso - el plato mas conocido de Casa Colo.
A los postres hubo de todo: desde comensales que eligieron quesos a los que degustaron un riquísimo helado de turrón con chocolate caliente.
Por supuesto, hubo cafés y licores y el acompañamiento de la comida unos lo hicimos con Sidra Zapatero - con lo que dimos muestra de nuestro buen "talante" - y tinto Prado Rey. Un Rivera de Duero bien apreciado.
Todo en un ambiente sosegado, disfrutando tanto de las viandas y de la conversación como de las hemosas vistas. Y hasta de un paseo por el pueblo para activar la digestión.
Con esta comida se ha cerrado la primera parte de la temporada 2009. La reanudaremos como es costumbre en septiembre. Y será Mino el organizador de la que iniciará el periodo otoño invierno. La propuesta que el cofrade nos hace, nos llevará a tierras de León.
Hasta ese momento compañeros, disfrutemos del verano; aprovechémoslo para conocer nuevos lugares donde podamos en el futuro dirigir nuestras peregrinaciones.
A vuestra disposición:
Santiago González Estrada
Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.