domingo, 4 de marzo de 2012

El Sastre de Noreña

domingo, 4 de marzo de 2012
Con el buen sabor de boca de nuestra última visita en el 2007, con ocasión de las jornadas dedicadas a los callos, volvemos a este sidrería clásica de Noreña esta vez para dar cuenta de una de sus especialidades más celebradas, como es el cocido de garbanzos con moscancia. Para empezar se trata de unos garbanzos pedrosillanos, oriundos, se dice, de Pedrosillo el Ralo, Salamanca, que se distinguen de los castellanos por su pequeño tamaño y porque tienen una piel muy fina y se vuelven mantecosos con la coción. El otro componente singular del cocido es un embutido fresco original de la Villa Condal, la moscancia, prima hermana de la morcilla asturiana pero que no se cura con humo y a la que se agrega sebo de ternera, y que está también emparentada con los emberzados o los borochos, los pantrucos y el fariñón, es la combinación perfecta para este cocido por su suavidad.
Pero antes no quisimos pasar por alto unos entrantes obligatorios en la casa, sabadiegos y unos calamares frescos notables. A tan completo menú, en el que la sopa reparadora es el entrante de los garbanzos con patatas y zanahoria y de ahí al sabrosísimo compango, algún "valiente" se atrevió a probar unos callos reglamantarios. El postre requiere una pequeña explicación, y tiene que ver con la vinculación familiar de los hermanos Antón, Manuel y Pedro, con el corazón de los Picos donde se hace el mejor Cabrales, de hecho en el 2010 se hicieron con queso ganador en el certamen cabraliego, para satisfacción de sus clientes. Dimos cuenta, por tanto de un buen queso Cabrales en su punto justo de maduración, además de un buen Gamoneu.
El vino elegido fue en esta ocasión un Azpilicuta crianza, que corrió con generosidad en atención a su noble cuna. Los cafés y licores habituales ponen el broche de una comida satisfactoria y de las que hacen afición.

Bon apetit

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