Bon apetit
domingo, 10 de noviembre de 2013
Rumbo a Boal
domingo, 10 de noviembre de 2013
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En el mes en que decididamente se nos echa encima el invierno y como escribía Leopoldo Alas "Clarín", " los vetustenses se convierten en anfibios que se preparan a vivir debajo del agua la temporada que su destino les condena a este elemento..." marca a las claras la temporada en que apetece un buen potage de berzas con su correspondiente compango, no mas ni menos que de morcilla, chorizo y el tocino obligatorio. Para esto que mejor que acercarnos al occidente, una vez más de la mano de nuestro cofrade Pepe Mallo, no en vano está avencindado en el concejo limítrofe de Navia. La expedición de 14 esforzados, a lomos de un cómodo minibus hizo la parada obligatoria en Navia, en un clásico café adecuado para tomar un aperitivo antes de iniciar el camino que desde esta población, y atrevesando el concejo de Coaña nos lleva a Boal por el valle del rio Navia. Magnífico menú, entre otras cosas a prueba de crisis en el hotel-restaurante Prado, donde nos recibe con un entrante de queso tierno y chorizo casero que se agradece, enseguida entramos en el potage de "rabizas", osea, nabizas, sabroso y abundante y el cabrito guisado con patatinas. Para terminar postres caseros base de flan de manzana y la tipica venera, una estupenda tarta de almendra. Cafes y licores digestivos, donde no falta el aguardiente con miel para terminar, y después de una consabida sobremesa inicar el camino de vuelta, que algunos hacen en los brazos de Morfeo.
Bon apetit
Etiquetas:
Boal,
Potage de rabizas,
Restaurante Prado
Ubicación:
33720 Boal, Asturias, España
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Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.