sábado, 8 de noviembre de 2014
Preparando el invierno en el Mayce de Cartavio
sábado, 8 de noviembre de 2014
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Esta cada vez más claro que nuestro compañero de cofradía, Pepe F. Mallo se ha convertido en nuestro delegado en tierras occidentales, nunca suficientemente conocidas a pesar de sus valores naturales y culturales. Ha faltado tiempo para responder a su invitación para desplazarnos a la localidad de Cartavio, en el concejo costero de Coaña, a mitad de camino entre los ríos Navia y Porcía y que ha sido parada obligatoria de peregrinos que hacían el camino de Santiago por la ruta costera. El motivo principal ha sido la promesa de unes fabes con jabalí para dar comienzo al invierno gastronómico, siempre placentero y lleno de sabores. Pero nos aguardaba mas sorpresas, porque el lugar elegido, el Mayce que es un estupendo hotel, impecable y acogedor, nos recibe con unos entrantes en el que destaca una empanada de morcilla que convence hasta a los más escépticos, enseguida llegan unes fabes con jabalí deliciosas, en el que se nota la mano femenina con sabiduría y tradición, donde se funde el sabor intenso del cerdo montuno con la cremosidad de unas alubias fantásticas, de las que damos cuenta con afición y, algunos, repetidamente. Un postre casero imprescindible en el invierno norteño como es el arroz con leche, que nos repone, animicamente también, en estos tiempos de confusión y sobresaltos. La animada tertulia posterior, en la que tampoco falta un cantarín ni los consabidos "dicterios al gobierno reaccionario..." con el café y los licores digestivos como soporte.
Una jornada para el recuerdo que nos ha llevado sin esfuerzo a los concejos más occidentales de Asturias, gracias a Pepe, a las nuevas carreteras y a Ricardo, nuestro nunca bien ponderado conductor.
Bon apetit
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Asegura la gran Vanesa Ferreiro, de “O rey do pulpo”, que hay que cocinar el pulpo con ‘cariño’. Mas “cariño” es voz que proviene del latín “carere” y significa carecer. No es propio, pues, guisar con carencias. La cocina es, como bien lo refleja áticamente Sócrates Cicuta, la disciplina gastropornocibernética por excelencia, por nacer de Estómago, Sexo y Cerebro al honrar el precepto del Ducado de Gastronia que afirma: “Primum edere, deinde fornicare et denique philosophari” (Primero comer, luego fornicar y, por último, filosofar).
El sabio Trifón se expresa bien al mentar uno de los ocho rabos del pulpo, pues una vez muerto el molusco le cuelgan a éste los tentáculos a semejanza de las colas de los animales (DRAE). Trifón no se refería en particular al miembro viril del cefalópodo que, como es bien sabido, es el tercer brazo derecho del macho, suerte de órgano para la cópula con el que penetra en la cloaca de la hembra. Lo que no se recordó en el Fórum Gastronómico de Santiago es que, hace años, las mujeres pegaban con palos a los pulpos machos para ablandarles, sobre todo, el tercer brazo derecho cuya carne deleitosa se reservaba, con suma discreción, para las doncellas en su banquete de bodas. Se dice que la lucha de la especie por sobrevivir dio algunos ejemplares de pulpos zurdos, pero la mutación quedó abortada con la llegada del frío artificial.